Si la preparatoria fuera un reino de
cuento de hadas, Connelly Sternin sería Rapunzel, pero sin estar encerrada en
una torre por una malvada bruja, sino en un alto edificio de apartamentos por
el SAT y las aplicaciones para la Universidad —y por los secretos que guarda.
Los pocos amigos de Connelly piensan que sus padres están divorciados —pero no
lo están. El padre de Connelly murió cuando ella tenía dos años, y no sabe
cómo.
Si Connelly es la Rapunzel de su
escuela, Jeremy Cole es el príncipe heredero, hijo de una grande y rica familia
de la ciudad de Nueva York. Entonces cuando él se sienta a su lado en el
almuerzo un día, Connelly no pudo estar más sorprendida. Pero Jeremy tiene un
secreto trágico de la suya, y Connelly es la única a la que puede recurrir para
pedir ayuda. Juntos forman un concilio de dos, ayudándose el uno al otro con
sus tareas, y comparten secretos. Mientras que la amistad de la pareja crece,
Connelly se da cuenta de que es la verdad, no los secretos, lo que se debe
cuidar y proteger. Y que entre los amigos, la verdad, aunque dura, también es
hermosa.
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