HOLLOWLAND 1 / SAGA HOLLOWS

Esta es la forma en que el mundo llega a su fin; no con una explosión o un gemido, sino con zombis rompiendo la puerta de atrás”.

De diecinueve años, Remy King esta en una misión para la que tendrá que atravesar el desierto remanente de América, y nada se interpondrá en su camino—ni siquiera los violentos merodeadores, ni malcriadas estrellas de rock, o un ejercito de zombis carnívoros.

Gracias a los traductores que hacen esto posible, a las personas que se toman su tiempo para realizar este proyecto  y al foro " Dark Patience " por ponerlo a la disposicion de todos los lectores :D

DESCARGAR


DESCARGAR PDF

CITAS DEL LIBRO
Lazlo gritó, y me detuve. Sólo por un segundo, parte de mí se congeló, pero eso fue suficiente. Sentí los dientes hundiéndose en mi cadera, en la parte blanda de mi piel justo por encima de mis vaqueros. Dolor punzante me atravesó, pero por un momento, el mundo se sentía completamente en cámara lenta.
Miré hacia abajo, y en la oscuridad, pude ver al zombi sujetándose a mi costado. Cuando lo sacara, si era que lo sacaba si, tomaría una pedazo de mi carne, pero eso no importaba siquiera. Todo lo que podía pensar era, en que era esto realmente.


"No, él no es... él no puede enfermar a nadie," dije con tanto cuidado como pude. "Sólo estoy tratando de protegerlo, y no puedo hacerlo si ni siquiera puedo verlo."
"Puedo investigar más."
"¿Investigar más?" Me burlé. "Lo hice todo el camino hasta aquí, ¿y tú vas a tratar de investigar? ¡Recorrí todo el camino a lo largo del país, rescaté a un león, escapé de un culto, maté a merodeadores, y luché contra decenas de zombies con mis malditas manos desnudas! ¿Y tú vas a investigar?"


"Gracias" le dije.
"Bueno, sólo tienes suerte de gustarme." Él me sonrió, haciendolo pasar como un chiste, pero falló y la sinceridad de su declaración se deslizó a la luz. Dandose cuenta de ésto, parecía incomodo, y torpemente me dió unas palmaditas en el hombro antes de excusarse. "Mantente alejada de los problemas."


"Creo que te amo." Murmuró Lazlo, con su respiración en mi oído. Quería decirselo pero no podía. Las palabras estaban refugiadas en mi interior. Asi que lo apreté más contra mí, presionando mis labios en su hombro. Nunca me había sentido tan cerca de alguien como lo hice con él en ese momento. Y había algo casi doloroso al respecto, la intensidad de ser tan vulnerable y tan íntima con él. Me mataría dejarlo ir.